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Amanecer (Sunrise) de F.W. Murnau.


 
"Amanecer: Una canción de dos seres humanos.
Esta canción del Hombre y su Esposa es de ninguno y de todos los lugares: 
Podrías oirla en cualquier lugar, en cualquier momento.
Pues dondequiera que salga y se ponga el sol...
en la confusión....
en la gran ciudad...
o bajo el cielo despejado de una granja...
la vida es muy parecida.
A veces es amarga.
A veces es dulce."

PRELIMINAR
 Han salido al mercado recientemente copias en Dvd de Amanecer, es una buena edición con dos Dvds, uno con la película y otro con los extras. La película tiene una buena calidad de imagen y ofrece la posibilidad de escuchar la película en tres audios distintos, uno el original y dos nuevos con mejor sonido, aunque más pobres dramáticamente. El Dvd de extras no esta del todo justificado, ya que ni amanecer es especialmente larga ni los extras son muy espectaculares, un pseudo-making-off muy pobre y un documental más interesante, sobre la segunda película de Murnau en Hollywood, que fue un fracaso comercial y de la que hoy en día no se conocen copias existentes, son las únicas cosas interesantes que ofrece.

 1. ARGUMENTO 
 En un pueblecito una veraneante de ciudad engatusa a un campesino, que se endeuda por ella. La chica de ciudad convence al campesino para que asesine a su mujer ahogándola en el lago, simulando luego un accidente, para así vender la granja e irse a la ciudad con el dinero conseguido. El campesino invita a su mujer a un paseo en barca por el lago, a lo que la abandonada esposa acepta con alegría. La cosa no saldrá exactamente como estaba planeado.


2. LO MEJOR DE LA PELICULA 
La absoluta modernidad de sus imágenes, dentro de cien años esta película será más fresca que cualquiera de las estrenadas en nuestras carteleras durante el año pasado (y os aseguro que tengo un listado con el titulo de todas las películas que se estrenaron). La movilidad de la cámara es magistral, ágil y elegante, pero siempre apropiada. La capacidad de transmitir la complejidad psicológica de los personajes y sus desequilibrios utilizando únicamente la imagen. La plasticidad poética de la imagen, y el enorme poder de manipulación hacía las emociones del espectador. La presencia de Janet Gaynor en el papel de sufrida esposa, una de las mejores actrices de la historia del cine, hoy solo recordada por los más cinéfilos.

 3. LO PEOR DE LA PELICULA 
La simpleza aparente del argumento, proveniente de la novela “Pasaporte a Tilsit”, y que se limita a lanzar un mensaje moralizador a favor del matrimonio: Murnau en vez de enriquecer la historia de la novela eliminó todos los prólogos y fue directamente al grano, simplificando aun más la historia, pero paradójicamente eso facilitó que se centrara en lo que realmente le debía interesar, la depuración del lenguaje cinematográfico como arte visual y como mecanismo de expresión emocional y psicológica. Los tópicos absurdos que existen hacia el cine mudo, que curiosamente los tienen aquellas personas que apenas lo conocen, y que limita la visión de esta película a una minoría muy selecta, lo que es una lastima porque una obra de arte como esta película (y muchas más de Murnau y de otros directores de la época) debería ser vista por cualquier persona que ame el cine, ya sea como medio de expresión artística o como entretenimiento.

 4. ESCENAS REMARCABLES
 La escena que más me sorprendió la primera vez que la vi fue la del travelling de acompañamiento al protagonista cuando va a buscar a su amante por primera vez. La cámara le sigue durante un largo camino zigzagueante, mostrando así el propio desequilibrio del protagonista, y que finalmente se adelanta a él mostrándonos a la amante maquillándose apresuradamente bajo la luz de la luna, una forma enormemente visual y elocuente de expresar la falsedad del personaje antagonista. Otra secuencia estupenda, y que es la que más llama la atención de los espectadores que consideran al cine mudo como un cine limitado, es la que muestra al marido sentado horrorizado porque debe matar a su mujer, entonces aparece la figura fantasmal de la amante seduciendo al marido, cuando el marido aparta la cara para intentar huir de la tentación la figura aparece allí donde él mira. Una excelente utilización de las sobreimpresiones y las transparencias para expresar el enorme poder de seducción que ejerce la amante sobre el marido. ¿Quién dijo que los efectos especiales están reñidos con la profundidad psicológica? La secuencia del lago final también es estupenda, bajo la luz de la luna y la esperanza de una nueva vida llena de renovada ilusión, se cierne en otra ocasión la desgracia, mostrando que de la alegría a la tragedia solo hay un pequeño paso.

5. CONCLUSIONES 
 Si algo deja claro “Amanecer” es que en 1927, cuando el cine mudo estaba a punto de desaparecer, el cine había alcanzado una madurez y una calidad artística de primer orden. El lenguaje cinematográfico tenía un nivel hoy no superado, lo que se traduce en que cualquier espectador actual no solo puede entender perfectamente la historia que le están contando, sino que el largometraje aún mantiene su poder de manipulación emocional, llevando al espectador de la tragedia (intranquilidad) a la comedia (seguridad) con una naturalidad asombrosa. Para dejar claro hasta que punto había llegado la depuración del lenguaje cinematográfico (y visual) solo hay que recordar que Murnau quiso estrenar la película sin ningún intertitulo, y que fueron los productores los que obligaron su imposición, a pesar de que el largometraje se puede entender perfectamente solo con sus imágenes. Lo mismo le ocurrió años antes en Alemania con “El ultimo”. El film busca el equilibrio entre expresionismo (una exageración retorcida de la realidad) y naturalismo (la búsqueda de la esencia realista), aunque en realidad lo más destacable es su indirecto acercamiento al Kammerspiel., un movimiento cinematográfico propuesto por Carl Mayer, principal guionista del expresionismo y el favorito de Murnau, que proponía la simpleza máxima argumental (por lo general buscando la unidad de espacio y tiempo, en contraposición al barroquismo narrativo del expresionismo) dando el principal peso del film en el desarrollo social y psicológico de los personajes principales. “El Ultimo” de Murnau podría entroncarse a este “movimiento” tan desconocido como influyente en el cine actual. Si bien “Amanecer” no es una película Kammerspiel en toda regla, lo bien reflejados que están las inquietudes psicológicas de los personajes y sus trasfondos sociales, así como su sencillez argumental dejan entrever la importante influencia de la experiencia del director y del guionista en este movimiento estético. Quizás una de las cosas que más dificulte la aceptación de parte del publico actual es justamente esa simpleza argumental, que ya existía en la novela, y que Murnau exagera. El argumento parecer estar basado en una novela romántica de dudoso valor literario, que fue un éxito en su momento, y que desarrollaba una historia moralizante a favor del matrimonio. Murnau y Mayer cogieron esa historia folletinesca y rosa y eliminaron todo aquello que resultará superfluo, centrándose casi con exclusividad en la relación entre el marido y la mujer: el intento de asesinato, la reconciliación y un final feliz que roza la tragedia. Utilizan también el dualismo de forma constante (la mujer y la amante, el campo y la ciudad, el día y la noche,... ), lo que facilita comprender las dudas y desequilibrios de los personajes, pero que tiene el contrapunto de alimentar el mensaje moralizante al ser enormemente fácil comparar (y equiparar) esos dualismos al dualismo por antonomasia: el bien y el mal. El espectador actual puede quedarse con esta simpleza en el argumento (la superficie) y no fijarse en la estupenda caracterización psicológica y posterior desarrollo de los personajes (lo interno). En el ámbito técnico es una película impecable, contó con las máximas novedades del momento, muchas de las cuales habían sido creadas por el propio Murnau o por otros directores alemanes (por ejemplo Fritz Lang inventó el sólito la técnica de las transparencias), y algunos trucos aprendidos en Alemania, como pintar paredes para reforzar la iluminación artificial (como los rayos de luz que entran en la iglesia) o en la ciudad, para dotar a la imagen de mayor profundidad de campo, utilizar extras de distintas alturas, situando a los más altos más cerca de la pantalla y creando capas según las distintas alturas, cada vez menores, las capas más lejanas eran niños y enanos. William Fox puso en manos de Murnau todos los medios que tuvo a su alcance, por ejemplo creó todo el escenario de la ciudad en decorados, siendo la estructura más compleja que la Fox había utilizado hasta entonces. La fotografía es extraordinaria, gran parte del film utiliza una fotografía realista que parece no querer destacar, pero que siempre esta al servicio de las necesidades del film, solamente cuando se hace de noche la fotografía toma cierto protagonismo, recordándonos que Murnau era entre otras cosas un maestro con la luz. Los efectos, sobreimpresiones y transparencias son también de primer orden, y son un claro e imaginativo ejemplo de cómo utilizar efectos especiales en una película realista, la imaginación siempre por encima de una estéril y falsa búsqueda de realismo (la escusa de tantos cineastas sin imaginación visual, pero que son enormemente respetados por que tratan temas sociales en sus films). Por no hablar de los movimientos de cámara, la principal razón por la que Fox trajo a Murnau a Hollywood es porque quedaron alucinados con los increíbles movimientos de cámara de “El Ultimo”, donde ya utilizaron mecanismos que se adelantaban en más de 50 años a la steady cam. En “Amanecer” se utilizaron travellings y grúas y dieron a la cámara una soltura y una libertad de movimientos que nunca antes había tenido en Hollywood, y que tardaría en volver a tener (fue uno de los muchos impedimentos que tuvo incluir sonido en el cine, el cine se volvió estático y pocos cineastas supieron mover la cámara con agilidad hasta muy avanzada la época sonora), esos movimientos hoy pueden no parecer gran cosa, pero dan una gran vitalidad al montaje y eliminan en segundos cualquier afirmación de que el lenguaje cinematográfico utilizado es primitivo, es más, le dota al film de una modernidad visual absolutamente vital, hasta el punto de poder considerar sin miedo a ser desmentido que Murnau es posiblemente (con perdón de Griffith) el director de cine que más ha influenciado a los cineastas más rompedores de la actualidad.


F. W. MURNAU, EL POETA DEL SILENCIO

Friedrich Wilhelm Plumpe, más conocido como F. W. Murnau nació en 1888, hijo de comerciantes, estudió Filosofía, Historia del Arte, Literatura y Música, pero su gran pasión siempre fue el teatro. Fue durante una representación de teatro de estudiantes donde Max Reinhadt se fijó en él y le propuso entrar en su escuela de teatro. Murnau aceptó gustosamente, Reinhadt era el director de teatro más importante de principios de siglo en Alemania, y su influencia fue vital para la explosión creativa del cine expresionista. Murnau realizó numerosos papeles en la compañía teatral de Reinhadt, e incluso llegó a iniciarse en la dirección teatral. Hasta que estalló la primera guerra mundial y Murnau entró en el ejercito, formando parte de la aviación. Fue preso tras pasar las líneas fronterizas con Suiza, y durante su cautiverio continuó sus actividades teatrales, recibiendo algunos premios. Fue entonces cuando inicia su andadura cinematográfica. El gobierno alemán le pide que dirija películas propagandísticas, a lo que él accede. En el ámbito histórico, es por aquel entonces cuando Griffith revoluciona/crea el lenguaje cinematográfico tal y como hoy lo entendemos, convirtiendo el cine definitivamente como un arte con todas la de la ley. No mucho más tarde en Alemania se estrenaría “El gabinete del Doctor Caligari” de R. Wiene, película fundacional del movimiento cinematográfico expresionista. Definitivamente el cine parece consolidarse como arte, con un fuerte tirón en Alemania, donde acucia una fuerte crisis económica. Murnau pronto se introducirá dentro de este movimiento consolidándose como cineasta. Es dentro del expresionismo donde se da su primer gran éxito (y posiblemente una de las pocas películas mudas conocidas por los espectadores).

NOSFERATU, film en el que revisiona el mito del conde Dracula, aunque no paga por los derechos de autor del libro y decide cambiar los nombres, así el conde Dracula pasa a ser el conde Orlock. Curiosamente, para ser una de las películas más conocidas del expresionismo, Murnau se saltó algunas de sus características principales, ya que Murnau se encontraba realmente más cercano al romanticismo que al expresionismo, lo que le lleva a rodar en exteriores naturales, dejando de lado los típicos decorados angulares del expresionismo y ambientando lo sobrenatural con efectos especiales y trucas, como acelerar la imagen o utilizar imágenes en negativo. Aquí vemos una de las principales características de Murnau, juega en todo momento con lo realista/naturalista y lo fantástico/sobrenatural. “Nosferatu” estuvo a punto de desaparecer porque la viuda de Bram Stroke demandó a la productora y ganó el juicio, la sentencia además de una elevada multa incluía la obligación de quemar todas las copias de la película, pero ya era demasiado tarde, habían copias por todo el mundo y hoy podemos disfrutar del film. “Nosferatu” es un film relativamente primitivo en comparación con las hazañas que estaban por venir, pero en él ya era patente el enorme talento de Murnau, su gran capacidad creativa, su obsesión por eliminar los limites establecidos y un lirismo en el encuadre y la iluminación fuera de lo común. A partir de entonces Murnau empieza a destacar, junto a Fritz Lang, como el mejor director Alemán del momento, lo que le convertía en serio aspirante para ser el mejor director del mundo.

Es entonces cuando Murnau rueda EL ULTIMO, una película tan revolucionaria como “Intolerancia” de Griffith o “El acorazado Potemkin” de Einsestein (posiblemente las tres películas más influyentes de la historia, al menos en lo que respecta a la creación del lenguaje cinematográfico). “El Ultimo” aunque suela considerarse en muchas antologías como una película expresionista, en realidad forma parte del movimiento “Kammerspiel”, centrado en un cine realista y social, dando gran importancia a la psicología de los personajes (sobretodo a sus problemas y sus frustraciones). La trama es bien sencilla, el portero de un lujoso edificio esta muy orgulloso con su uniforme, debido a su edad lo degradan colocándolo como “chico de los lavabos”, quitándole el uniforme. Avergonzado robará el uniforme para seguir aparentando frente a sus vecinos. El guión era de Carl Mayer, guionista habitual de Murnau y el principal ideólogo tanto del expresionismo como del Kammerspiel, él y Murnau idearon un largometraje en el que no hubieran intertitulos y que permitiera al espectador sentir el miedo y el sufrimiento del protagonista de forma directa y visual, para lograrlo Murnau ideó junto a Karl Freud, cámara y director de fotografía fundamental en la historia del cine, lo que llamarían “la cámara desencadenada”, con Murnau la cámara deja de ser un elemento inactivo que se limita a reproducir lo que ocurre frente a ella, a partir de entonces la cámara es un elemento independiente, tiene movilidad y capacidad para situarse en los lugares más inesperados. Aparte de la cámara desencadenada, Freud utiliza magistralmente las luces y las sombras, así como las transparencias y los efectos, haciendo uso, una vez más, de efectos especiales en una historia realista. Los productores, quizás asustados por todas las novedades que aportaba este film, obligaron a Murnau a incluir intertitulos, bastante innecesarios, y un epilogo feliz, que aparte de innecesario era un tanto absurdo, aún así no consiguieron estropear una obra que aún hoy puede sorprender al espectador actual (como cuando la cámara se convierte en sonido y va desde la boca de una vecina a la oreja de otra que se encuentra en el piso de enfrente cuando la esta llamando a gritos). La película sorprendió a todo el mundo, los americanos, incapaces de comprender cómo ese alemán era capaz de mover la cámara de esa manera (cuando ellos apenas la movían un poquito) decidieron hacer lo que mejor saben hacer: lo compraron.

Pero se tuvieron que esperar, Murnau tenía contratado dos largometrajes más en Alemania. El primero fue TARTUFO, basado en una obra de Moliere, como aún no la he visto me limitaré a explicar que parece ser que fue un éxito y que confirmó el talento de Murnau, aún sin llegar al nivel de “El Último”. Su último film en Alemania fue FAUSTO, utilizó a su antojo las distintas versiones que existen de la obra/leyenda y creó la que es, junto a “Metropolis” de Fritz Lang, la mayor superproducción de la cinematografía Alemana clásica. Murnau en “Fausto” se dio un festín de efectos especiales y trucas, creando un gran numero de maquetas, muñecos y numerosos efectos con transparencias, aparte de un elaborado y complejo trabajo con el maquillaje y, una vez más, con la luz. En esta película Murnau dejó a la cámara mucho más inmóvil que en sus anteriores largometrajes y utilizó un importante numero de intertitulos, esta vez de forma totalmente voluntaria. El resultado es una película grandilocuente y, ahí esta lo poco frecuente en este tipo de superproducciones, imaginativa. Una película que a nivel narrativo ha envejecido mucho mejor que la espectacular  “Metropolis”. Los actores vuelven a realizar un recital interpretativo y la película tiene una extraña mezcla de fuerza/potencia visual y poesía que facilita que aún hoy mantenga su energía turbadora. Aunque como suele ser frecuente con Murnau, es más interesante el cómo que lo que cuenta en sí, la forma esta muy por encima del contenido, pero en este caso la historia es suficientemente compleja como para gustar a aquellos que critiquen el esteticismo de Murnau. Después del enorme éxito de “Fausto”, comercial y artístico, Murnau viaja a Hollywood, lo hace con un contrato con la Fox. William Fox, en plena expansión de sus estudios, que estaban creciendo espectacularmente, deseaba revestir su cine con empaque y consideración artística superior, para ello contrató a Murnau, el director de cine con más talento y mayor capacidad artistico-creativa, que había asombrado a todo Hollywood con “El Último”. Para traerlo le ofreció unas condiciones solo comparables a las que tuvo Orson Welles cuando realizó su contrato con la RKO. Un sueldo mucho más alto que el de cualquier otro director, total libertad creativa y tener a su disposición los mayores medios técnicos y económicos que pudiera soñar un cineasta en aquella época. A diferencia de Welles, Murnau era un cineasta consagrado cuya genialidad nadie en Hollywood se atrevía en poner en duda.


El “Ciudadano Kane” de Murnau se llamó AMANECER. “Amanecer” fue el primer largometraje en que se utilizó el “Movietone”, un sistema de sonido revolucionario que destacaba sobre el que se conocía hasta entonces, el “Vitaphone” de la Warner, el “Movietone” fue el primer sistema de sonido que imprimía el sonido con la imagen en la misma “película”. “Amanecer” era muda, pero se creó una banda sonora con efectos de sonido especifica, que aún hoy se conserva. Aunque “Amanecer” tuvo un éxito de critica unánime y que muchos cineastas manifestaron su profunda admiración hacía lo que consideraban una obra de arte, el publico no respondió como se esperaba y apenas cubrió gastos. Esto y la política de la Fox a favor del cine sonoro cambiaron la situación de Murnau. Sus siguientes películas fueron alteradas, cortadas y mutiladas sin el consentimiento de Murnau. La primera fue “los cuatro diablos”, de la que hoy no se conservan copias, y que parece ser que fue “sonorizada y dialogada” durante un viaje de Murnau en Alemania por otro director destacadamente mediocre y servil con la productora. Su siguiente largometraje fue “City Girl”, en la que le censuraron hasta el titulo que quería Murnau “El pan nuestro de cada día”, a pesar de que la película mantiene el talento de Murnau, este volvió a renegar de ella. Harto de las interferencias y manipulaciones coge el dinero ganado en Hollywood y se asocia con Robert Flaherty, creador del formato largometraje documental y director de obras del nivel artístico e importancia histórica de “Nanuk, el esquimal” o “Los hombres de Aran”. Viajan hasta los lejanos mares del sur, muy lejos de Hollywood, para realizar un documental en total independencia. Una vez comienza el rodaje empieza a haber problemas entre los co-director, Flaherty, más cercano a la escuela naturalista y documentalista, quiere coger la realidad intentando alterarla lo mínimo posible. Murnau, un esteta del romanticismo, busca la máxima expresión de la belleza y considera que el realismo debe supeditarse a esa búsqueda de la belleza. Las numerosas manipulaciones de la realidad que práctica Murnau desespera a Flaherty, que se enfada y se desvincula del proyecto, lo que facilita que Murnau haga lo que desee sin pedir cuentas a nadie.
El resultado fue TABU, un pseudo-documental mudo decididamente romántico, donde se confronta lo salvaje con lo civilizado, lo mágico con lo racional y el amor con la tragedia. Un argumento que se desarrolla y avanza con ritmo perfecto, y la aplicación del lenguaje cinematográfico en toda su capacidad (movimientos de cámara, aplicación de las luces y las sombras a nivel dramático,... ) hacen comprender el enfado de Flaherty, ya que lo que vemos más que un documental es una película con actores no profesionales. Si bien no es la mejor película de Murnau, su poesía, su frescura y su gran calidad artística la sitúan muy por encima de la mayoría de películas estrenadas, por lo general considerada una de los mejores documentales de la historia y dotada de una extraña sensibilidad que aún hoy se hace notar. Antes del estreno mundial de “Tabú” Murnau murió en un accidente de trafico, la leyenda superaba la realidad, se cuenta que rodó en territorios tabúes y que fue maldecido por los brujos indígenas. Otras opiniones no fueron tan románticas, Murnau era un homosexual declarado que nunca hizo ningún esfuerzo por disimular, en aquella época la homosexualidad estaba penada con cárcel y salir del armario no estaba tan bien visto como hoy, eso le dio mala fama entre los más conservadores de Hollywood. Según cuentan volvió de “los lejanos mares del sur” con un joven amante indígena, aún menor de edad, parecer ser que estaba conduciendo el coche en el momento del accidente. Se llegó a especular de que se estuviera realizando una felación en aquel momento. Lo único cierto es que nos dejó uno de los mejores cineastas de la historia, un hombre que trató al cine como un arte cuando no mucho antes solamente era un entretenimiento de barraca de feria, fue uno de los principales artífices de la madurez del lenguaje cinematográfico y tenía tanta imaginación y valentía que creó una gran cantidad de inventos para dotar al cine de medios antes no imaginados, pero antetodo fue un poeta de la imagen, capaz de llenar la pantalla de emoción y lirismo. Siempre nos quedará la duda de si se hubiera adaptado al cine sonoro, por su capacidad emprendedora e inventiva es de suponer que para dicha adaptación sólo le faltaba dejar de ver el sonido como una limitación de la expresividad visual, en el momento en que se hubiera preguntado que podría aportar el sonido al cine seguramente el cine sonoro hubiera madurado más velozmente, pero eso nunca lo sabremos. Pero nos queda su poesía silente.